L’home de blanc és un hipòcrita. Arreu del món es conta una història singular en la qual s’explica que fa anys un home de colors lluents que vivia (i viu) al cel va fer coses inexplicables i que un altre home de colors bruts, l’enviat del celeste a la terra, va ser coses molt bones. D’aquest últim en va nàixer una religió amb molt bones finalitats, com la d’ajudar al germà, ser humil i ser respectuós. L’home de blanc és, en l’actualitat, el màxim representat de la religió que va nàixer a partir de l’home de color lluents i l’home de colors bruts. L’home de blanc viu a un palau luxós situat a una gran ciutat, està dotat d’objectes dissenyats específicament per a ell i té a milers de persones al seu servei. L’home de blanc no és, doncs, per a res humil. L’home de blanc accepta, indirectament, la submissió de les dones, les quals, segons la història que es conta arreu del món, van arribar al món des de la costella d’un home sense colors. L’home de blanc no és, doncs, respectuós.
L’any vinent l’home de blanc visitarà Espanya i la seua estància al país constarà milers i milers d’euros. Mentrestant, centenars d’homes de negre representants de dita religió són acusats d'abusar de xiquets de tots els colors, i milers de persones es pregunten com podran arribar al mes que ve si no tenen ni per rosegar pa dur. Però tant se val, l’home de blanc vindrà igualment, coste el que coste i diguen el que diguen. Si l’home de colors bruts alçara el cap es tornaria a morir al comprovar el gran gir que han patit els seus principis. Quina quantitat d’humilitat i germanor es respira pel món!!
divendres, 27 de novembre del 2009
dimecres, 25 de novembre del 2009
"A los 18 años supe que mi padre mató a mi madre"
<Alejandro Gómez Uriol recibió un mazazo a los 18 años: "Tu padre disparó tres tiros a tu madre cuando tú tenías un año y medio. La mató". Su tío, que había guardado silencio durante años, se lo soltó a bocajarro. Las piezas de su puzle vital, que él había completado malamente a base de imaginación, encajaron de inmediato. Entendió de pronto las peleas entre su familia paterna y materna, los grandes silencios cada vez que mencionaba a su madre. "Fue como si me dieran un puñetazo", recuerda. "Me quedé aturdido unos instantes. Cuando recuperé la conciencia, nada volvió a ser lo mismo. Durante estos años he tenido que valorar qué pesaba más, si un padre o un asesino. A este último no me lo he podido quitar de la cabeza, así que he decidido no verlo más. Para mí, no existe".
Pedro, el padre de Alejandro, mató a Mari Carmen a principios de los setenta. Era otro mundo, y más en cuanto a la percepción social de la violencia de género. Cuando se conocieron, él era inspector de policía; ella, estudiante de Farmacia. Siendo aún novios, la mujer se quedó embarazada y se casaron. "Desde el principio hubo malas formas, que después se convirtieron en malos tratos físicos y psicológicos", relata Alejandro. "Ella sólo se lo contaba a su hermano Pepe, y con la condición de que no se lo dijera a nadie. Vivió un infierno de totalitarismo hasta que se hartó y se separó".
Él empezó a acosarla; la esperaba fuera de su casa, la perseguía para intimidarla. Mari Carmen, que apenas superaba la veintena, había retomado sus estudios y solía quedar con unas amigas para estudiar en una casa del barrio de Arguelles, en Madrid. Pedro la siguió. Cuando salió, le pegó tres tiros. La muerte fue instantánea. "Él tenía que pasar ese día conmigo. Pero me dejó en casa para poder asesinarla".
Pedro fue condenado a 18 años de cárcel por parricidio, pero sólo cumplió tres y medio. "No sé cómo, pero consiguió estar dentro de la amnistía del año 76". Cuando salió de prisión, Pedro fue a recoger a Alejandro al colegio y se lo llevó a su casa sin decir nada a nadie. El niño vivía entonces con su familia materna, que denunció al padre por secuestro, pero un juez dio la custodia de Alejandro al policía parricida.
"Viví con él varios años y veía a veces a mi familia materna. Pedro [como llama siempre a su padre] y yo no nos llevábamos bien, así que a los 14 años me fui a vivir con mis abuelos a Calatayud". Durante esos años, nadie le dijo nada. No sabía cómo había muerto su madre. "Por eso empecé a construirme un mundo imaginario, necesitaba referencias". Hasta que llegó el golpe en forma de verdad revelada. Se borraron entonces sus recuerdos anteriores a los 14 años, la vida con su padre. "Mi mente los ha eliminado. Apenas me acuerdo de nada".
Después de los 18 siguió viendo a su padre, pero cada vez menos. Nunca se atrevió a preguntarle por qué había matado a su madre. Hace un año, y después de 10 de terapia psicológica, una vez que pudo asimilar su pasado, colocarlo en cajitas y ordenarlo, decidió eliminar de su vida a su progenitor. "Desde la serenidad, sé que no quiero tener relación con esta persona", asegura a sus 39 años. En España hay centenares de niños que se han tenido que enfrentar al dolor de que su padre haya matado a su madre. Las condiciones actuales son distintas, ningún juez daría la custodia de un niño a un padre asesino, pero el trauma es el mismo. Este mismo año, los hijos de Izaskun Jiménez presenciaron cómo su padre la apuñalaba hasta matarla. La hija resultó herida por intentar defenderla. El hijo de cinco años de la primera víctima mortal del año sólo acertaba a decir ante el cadáver ensangrentado de su madre: "Mamá ha muerto". Una cesárea de emergencia salvó a un bebé de nueve meses de morir junto a su madre: su padre, de 20 años, había pegado un tiro en la cabeza a su novia embarazada. Alejandro Gómez tiene dos hijos. La pequeña nació la semana pasada. Se llama Zoe, "que significa vida", en honor de su madre.>
Article publicat a EL PAÍS per Mónica Ceberio Belaza
És increïble; però bé, estem d'enhorabona: enguany només han mort 49 dones, 14 menys que l'any passat en el mateix període de temps. Evidentment no és cap dada que es puga celebrar, però tan de bo signifique que la violència de gènere està dismnuint.
Aquesta em recorda una història que vaig escriure fa uns mesos... "La mare" : http://elcabilo.com/blogs/oloralapluja/2009/03/08/la-mare/
Pedro, el padre de Alejandro, mató a Mari Carmen a principios de los setenta. Era otro mundo, y más en cuanto a la percepción social de la violencia de género. Cuando se conocieron, él era inspector de policía; ella, estudiante de Farmacia. Siendo aún novios, la mujer se quedó embarazada y se casaron. "Desde el principio hubo malas formas, que después se convirtieron en malos tratos físicos y psicológicos", relata Alejandro. "Ella sólo se lo contaba a su hermano Pepe, y con la condición de que no se lo dijera a nadie. Vivió un infierno de totalitarismo hasta que se hartó y se separó".
Él empezó a acosarla; la esperaba fuera de su casa, la perseguía para intimidarla. Mari Carmen, que apenas superaba la veintena, había retomado sus estudios y solía quedar con unas amigas para estudiar en una casa del barrio de Arguelles, en Madrid. Pedro la siguió. Cuando salió, le pegó tres tiros. La muerte fue instantánea. "Él tenía que pasar ese día conmigo. Pero me dejó en casa para poder asesinarla".
Pedro fue condenado a 18 años de cárcel por parricidio, pero sólo cumplió tres y medio. "No sé cómo, pero consiguió estar dentro de la amnistía del año 76". Cuando salió de prisión, Pedro fue a recoger a Alejandro al colegio y se lo llevó a su casa sin decir nada a nadie. El niño vivía entonces con su familia materna, que denunció al padre por secuestro, pero un juez dio la custodia de Alejandro al policía parricida.
"Viví con él varios años y veía a veces a mi familia materna. Pedro [como llama siempre a su padre] y yo no nos llevábamos bien, así que a los 14 años me fui a vivir con mis abuelos a Calatayud". Durante esos años, nadie le dijo nada. No sabía cómo había muerto su madre. "Por eso empecé a construirme un mundo imaginario, necesitaba referencias". Hasta que llegó el golpe en forma de verdad revelada. Se borraron entonces sus recuerdos anteriores a los 14 años, la vida con su padre. "Mi mente los ha eliminado. Apenas me acuerdo de nada".
Después de los 18 siguió viendo a su padre, pero cada vez menos. Nunca se atrevió a preguntarle por qué había matado a su madre. Hace un año, y después de 10 de terapia psicológica, una vez que pudo asimilar su pasado, colocarlo en cajitas y ordenarlo, decidió eliminar de su vida a su progenitor. "Desde la serenidad, sé que no quiero tener relación con esta persona", asegura a sus 39 años. En España hay centenares de niños que se han tenido que enfrentar al dolor de que su padre haya matado a su madre. Las condiciones actuales son distintas, ningún juez daría la custodia de un niño a un padre asesino, pero el trauma es el mismo. Este mismo año, los hijos de Izaskun Jiménez presenciaron cómo su padre la apuñalaba hasta matarla. La hija resultó herida por intentar defenderla. El hijo de cinco años de la primera víctima mortal del año sólo acertaba a decir ante el cadáver ensangrentado de su madre: "Mamá ha muerto". Una cesárea de emergencia salvó a un bebé de nueve meses de morir junto a su madre: su padre, de 20 años, había pegado un tiro en la cabeza a su novia embarazada. Alejandro Gómez tiene dos hijos. La pequeña nació la semana pasada. Se llama Zoe, "que significa vida", en honor de su madre.>
Article publicat a EL PAÍS per Mónica Ceberio Belaza
És increïble; però bé, estem d'enhorabona: enguany només han mort 49 dones, 14 menys que l'any passat en el mateix període de temps. Evidentment no és cap dada que es puga celebrar, però tan de bo signifique que la violència de gènere està dismnuint.
Aquesta em recorda una història que vaig escriure fa uns mesos... "La mare" : http://elcabilo.com/blogs/oloralapluja/2009/03/08/la-mare/
dimarts, 24 de novembre del 2009
Cròniques d'un poble II: anvacuna't, Vicenteta!
Mai és agradable estar malalt, però estic agafant-li el gustet a açò d’anar al metge de Sella (sobretot ara que sembla que el servei he millorat un poc i no cal esperar dues hores perquè siga el teu torn). Cada vegada que hi vaig aprenc més de la gent del poble i de la societat en general. Hui, com no, li ha tocat el torn a la temuda grip A.
Les vacunes per immunitzar-se davant aquesta malaltia ja han començat a posar-se, i els sellardos més valents han anat durant aquests dies a la consulta perquè li l’administren. Entre els comentaris del pacients, la major part d’ells de més de seixanta anys, he pogut trobar de tot.
Hi havia qui deia que al seu home li l’havien posat aquest mateix matí i que “quisà serà el primer del poble, xica, a vore com li reacciona, perquè a ell això de les vacunes...”. Una altra estava fent cua per a inscriure’s a una llista per a rebre la vacuna el dilluns, “que a mi si m’agarra això, en els pitos que em fa el pit quan em constipe, segur que em fa molt de mal”. Una altra dona venia d’acompanyar l’home, que havia decidit posar-se-la.
-I tu, Vicenta, que no te la poses?
-Ai jo no, tu saps, en la por que em fan a mi les xeringuilles. A més, que jo em trobe molt bé!
-Però tu que et penses que perquè no tingues símptomes no vas a agarrar-la? No, no, això no és aixina, anvacuna’t, que t’ha d’agarrar i t’has de quedar ahí!
-Ai que roïn eres... Que no dona, que això no és res, això és tot mentida, que ho diu el meu fill; no faces tant de cas a la tele, que només volen que menjar-te el cap.
- Sí, sí; ale arrea, ja parlarem.
Més avant ha vingut una altra parella de vells que, aconsellats per la seua filla metgessa, anaven els dos a anvacunar-se. Ara, la que abans aconsellava a Vicenta que es posara la vacuna, li deia als nous pacients que s’ho pensaren, que la majoria dels metges no sabien ni que era la grip A i estaven manant posar vacunes perquè sí. És increïble quin poder tenen les paraules de la gent d’un poble: tant o més com el dels mitjans de comunicació.
De repent, ha aparegut una dona embarassada a la consulta, que ha entrat un minut i ha fet una pregunta al metge. Les conclusions dels allí presents crec que són evidents: “clar, com també han dit que això afecta a les embarassades, pues ella ha vingut a preguntar-ho”. Vés a saber per quina raó venia la dona al metge, però ells ho tenen ben clar: "això" és el causant de tot.
En moments com aquests te n’adones del poder de convicció dels mitjans de comunicació, que fan de la majoria dels ciutadans el que volen sense que ni tan sols és qüestionen si allò que els mostren o els diuen és cert o és una gran mentida. Només en el moment en què algú els presenta que és possible una segona opció que anul•la la veracitat d’allò que creien totalment cert, es plantegen alguna qüestió el respecte. D’alguna manera haurem de combatre la desinformació o la falsa informació que hi ha sobre aquest i molts altres aspectes, perquè la majoria de la societat es deixa guiar pel que altres li expliquen i no reflexiona per ella mateixa sobre els problemes existents. Supose que part d’eixa responsabilitats la tenim els periodistes: farem tot el que puguem.
Les vacunes per immunitzar-se davant aquesta malaltia ja han començat a posar-se, i els sellardos més valents han anat durant aquests dies a la consulta perquè li l’administren. Entre els comentaris del pacients, la major part d’ells de més de seixanta anys, he pogut trobar de tot.
Hi havia qui deia que al seu home li l’havien posat aquest mateix matí i que “quisà serà el primer del poble, xica, a vore com li reacciona, perquè a ell això de les vacunes...”. Una altra estava fent cua per a inscriure’s a una llista per a rebre la vacuna el dilluns, “que a mi si m’agarra això, en els pitos que em fa el pit quan em constipe, segur que em fa molt de mal”. Una altra dona venia d’acompanyar l’home, que havia decidit posar-se-la.
-I tu, Vicenta, que no te la poses?
-Ai jo no, tu saps, en la por que em fan a mi les xeringuilles. A més, que jo em trobe molt bé!
-Però tu que et penses que perquè no tingues símptomes no vas a agarrar-la? No, no, això no és aixina, anvacuna’t, que t’ha d’agarrar i t’has de quedar ahí!
-Ai que roïn eres... Que no dona, que això no és res, això és tot mentida, que ho diu el meu fill; no faces tant de cas a la tele, que només volen que menjar-te el cap.
- Sí, sí; ale arrea, ja parlarem.
Més avant ha vingut una altra parella de vells que, aconsellats per la seua filla metgessa, anaven els dos a anvacunar-se. Ara, la que abans aconsellava a Vicenta que es posara la vacuna, li deia als nous pacients que s’ho pensaren, que la majoria dels metges no sabien ni que era la grip A i estaven manant posar vacunes perquè sí. És increïble quin poder tenen les paraules de la gent d’un poble: tant o més com el dels mitjans de comunicació.
De repent, ha aparegut una dona embarassada a la consulta, que ha entrat un minut i ha fet una pregunta al metge. Les conclusions dels allí presents crec que són evidents: “clar, com també han dit que això afecta a les embarassades, pues ella ha vingut a preguntar-ho”. Vés a saber per quina raó venia la dona al metge, però ells ho tenen ben clar: "això" és el causant de tot.
En moments com aquests te n’adones del poder de convicció dels mitjans de comunicació, que fan de la majoria dels ciutadans el que volen sense que ni tan sols és qüestionen si allò que els mostren o els diuen és cert o és una gran mentida. Només en el moment en què algú els presenta que és possible una segona opció que anul•la la veracitat d’allò que creien totalment cert, es plantegen alguna qüestió el respecte. D’alguna manera haurem de combatre la desinformació o la falsa informació que hi ha sobre aquest i molts altres aspectes, perquè la majoria de la societat es deixa guiar pel que altres li expliquen i no reflexiona per ella mateixa sobre els problemes existents. Supose que part d’eixa responsabilitats la tenim els periodistes: farem tot el que puguem.
dissabte, 21 de novembre del 2009
Reviure sensacions amb la música
Torne a casa i per la finestra
veig el món que vaig estimar
i els paisatges de la tempesta
boscos cremats arran del mar.
A Perpinyà, cap a València,
perseguint l’última llum
la meua terra comença
i es dibuixa dins dels ulls.
Tornem a casa!!
Tot comença quan tens 15 anys i et porten a una manifestació i a un concert on actuen els teus ídols. Aleshores no tens consciència de res, només saps que t’agrada la música que fan (en part perquè és el que a la gent del teu entorn li agrada) i que mouen molta gent: una massa enorme ho ompli tot davant de tu fins arribar a l’escenari on es troben ells. Recorres camins entre la gent, temorosa de que algun melenut et trepitge o et plante cara. Agafada fortament de la mà de la teua amiga avances poc a poc fins que arriba un punt en què decideixes quedar-te plantada: des d’allà tens una bona visió. Treus la senyera de plàstic que fa hores algú t’ha repartit a l’eixida de la manifestació i l’enlaires, sense saber massa bé quin és el sentit d’aquell moviment lent que fas d’un costat a un altre, moviment que repetiràs incomptables vegades durant l’actuació. Coneixes gent del rollo, et trobes amb altres coneguts que no sabies que eren del rollo, somrius quan algú et mira directament els ulls amb una altra senyera com la teua agafada fortament amb les dues mans, i ni tan sols te n’adones de quina és el música que està sonant i quins són els meravellosos cantautors que Obrint Pas ha convidat al concert. Temps després, amb l’eixida del DVD, te n’assabentaràs de tot el que va passar aquell dia a la mateixa hora i el mateix lloc on et trobaves tu, sotmesa en aquell moment a l’èxtasi de la situació i l’eufòria de la gent.
Va arribar un dia en què vas deixar d’escoltar els teus ídols amb tanta freqüència i vas oblidar que havies de memoritzar les seues cançons per saber-te-les quan anares a un dels tants concerts als quals els havies seguit. Van aparéixer nous ídols, altres que també deixarien marca a l’àmbit musical de la teua vida, i nous concerts on anar. Altres preocupacions van començar a ocupar el temps que abans dedicaves a sentir música i noves causes per les quals lluitar desplaçaven els principals interessos de feia uns anys. Vas entendre el significat de les banderes que havies onejat contra el vent, i te’n vas penedir d’haver-ho fet sense saber què deies amb aquell moviment. La música inquieta i ràpida que t’havia agradat passà a ser substituïda per les cançons més lentes i suggestives dels roquers més insignificants durant la teua pubertat. Els teus ídols van caure en l’oblit.
Tot torna al seu lloc i és comprensible quan, anys després, es fon allò que més t’agradava abans i allò pel que et decantes ara, les cançons que havies aprés de memòria a ritme d’ska tocades d’una manera més sentimental que mai: Obrint Pas en acústic. Tornes a trobar la gent del rollo a qui, te n’adones, no has abandonat durant tot aquest temps; tornes a agafar-te de la mà de la teua amiga mentre travesses la sala de l’inici al fi, i aquesta vegada sí que et plantes ben a prop dels músics, per sentir una vegada més, amb plena equivocació, que et miren directament als ulls quan simplement han deixat volar la mirada pel públic; cantes les cançons que tant et sabies mentre comproves que has oblidat moltes lletres i desitges tornar-te a empapar hores i hores d’aquella música. Hui no portes banderes, la veritat és que no et fan massa gràcia: l’ideal no cal escenificar-lo tant.
Fantàstic el concert i meravelloses les sensacions reviscudes.
dilluns, 16 de novembre del 2009
Tindre pena
És un d’eixos dies en què les llàgrimes s’escapen dels ulls i la gola es plena de nusos. Cada petit problema es fa un món i no puc veure més enllà del que la ment frustrada em deixa albirar. Trista, camine lentament perquè vull que passe el temps com més ràpid possible mentre faig el mínim de coses que puga. Calcule cada minut i cada segon, enquadrant-los dins del temps imaginari del que disponc. Duc tretze hores pel carrer i no vull tornar a casa.
És un d’eixos dies en què trobe la teua mirada i plore a gust mentre sent que m’entens. Un de tants en què m’has vist i has endevinat que estava malament sense dir-me res. Ens entenem sense paraules: que sort tenim. I jo estudiant per a aprendre a comunicar-me...
Que complicat i injust és tot. Gràcies
És un d’eixos dies en què trobe la teua mirada i plore a gust mentre sent que m’entens. Un de tants en què m’has vist i has endevinat que estava malament sense dir-me res. Ens entenem sense paraules: que sort tenim. I jo estudiant per a aprendre a comunicar-me...
Que complicat i injust és tot. Gràcies
diumenge, 15 de novembre del 2009
Reflex d'un nou dia
Llum clara, cel nu, arbres en moviment, calor benvinguda i calor gustosa; bon dia. Carrers amples, matiners prenent café, intel•lectuals llegint el periòdic, iaios passejant; baixe al carrer. Escolars jugant a futbol, aficionats jugant a beisbol, patinadors relliscant, amos passejant els seus gossos, enamorats rebolcant-se per la gespa, pares i filles amb bicis, esportistes corrent; arribe a l’antic llit del Túria. Luna que perdona a Camps, viatges a Granada més barats del que pensava, articles de literatura molt interessants, Babelia al centre; llig el periòdic. Sorolls a l’estómac, camins que es fan llargs, més gent prenent café, un gos que ho pixa tot, un portal conegut; torne a casa. Una nevera plena, una cuina bruta, un forn calent, una poal de la brossa massa ple, plats bruts; dine. Un tramvia ple de gent, una ràdio que sona, “dindondan propera parada La Carrasca”, un portal desconegut, dues cares amigues, un pis nét i silenciós; visite les meues companyes. Uns carrers atapeïts, mil tendes de tota mena per tot arreu, edificis antics i preciosos, una frescoreta agradable, una olor a castanyes i panís que recorda a l’hivern, uns somriures còmplices; açò és el centre de València. Un metro que torna al seu destí, de nou un portal conegut, i un rellotge que toca les dotze; bona nit.
diumenge, 8 de novembre del 2009
Les últimes notes van sonar molt tristes
Sempre havia pensat que la música era quelcom màgic. Des de menuda que m’ha fascinat: és increïble com quatre notes ben unides poden arribar a transmetre tal quantitat de sentiments. A més, té un poder molt especial, i és que, com bé vas dir, David, aconsegueix que desenes de persones ben diferents entre sí porten tots els seus pensaments en la mateixa direcció i, encara que siga per una mil·lèsima de segon en la seua vida, connecten positivament; connectar i caminar en la mateixa direcció que algú amb qui no comparteixes res més que la música és de les contradiccions més boniques que presenta la vida.
Ara bé, la música i, en especial, les bandes, són molt més que contradiccions precioses. Són entitats on molts ens hem format, a més de com a músics, com a persones; són segones cases per a molts, aquells que des de ben petits han passat les hores lliures dedicant-se tossudament a cantar bé una lliçó; són locals on cada divendres hem compartit somriures, ens hem entés tots amb una sola mirada (o amb un únic so); són llocs on hem aprés a compartir, a viure en comunitat, a comunicar-nos a través del llenguatge de les notes i també les paraules. Aquest llenguatge l’hem utilitzat per a complir les millors de les possibilitats que una banda de música presenta; però d’aquest llenguatge, tant del musical com del verbal, també se’n pot fer un mal ús, ús que dubte que ningú desitge trobar a una entitat cultural on la finalitat de tots és gaudir de bons moments i avançar poc a poc. Els encarregats de fer complir aquesta tasca en són molts: en primer lloc, la junta directiva, a qui li toca gestionar i organitzar tot allò relacionat amb el funcionament de la banda; en segon lloc, el director i els mestres de l’escola de música, encarregats de transmetre tant el coneixement referent a la música com els valors que en una societat cal conéixer i aplicar; i, per últim, els musics, aquells que han de dur a terme la pràctica del que la resta teoritzen. Bé, l’ordre és alterable, tan important és el paper dels musics (aquests són imprescindibles), com el dels mestres, com el de la junta directiva. Allò realment important és que aquests tres grups formen una forta coalició comprensiva i cooperativa. Així és com a les bandes de música es pot aconseguir que el llenguatge de què estem dotats siga utilitzat de la millor de les maneres i les notes (com les paraules) puguen sonar tan bé que l’únic sentiment que transmeten, fins i tot en els passatges més tristos, siguen d’alegria i satisfacció pel que estem fent.
Al darrer assaig, les últimes notes (com les paraules) van sonar molt tristes, fins i tot en els moments de més èmfasi de la gran obra que és la comunicació. És trist que a un lloc on podríem fer coses molt boniques la falta de comprensió i d’educació ens porte a eixos límits. Reflexionem tots sobre les nostres paraules, pensem abans de parlar igual que pensem abans de tocar si haurem de tapar la clau del re o soltar el pistó del do, si haurem d’agafar la massa del bombo o les baquetes de la caixa, si necessitarem molt aire o poc, apretar molt el llavi o deixar-lo solt. Fem de la banda un lloc on gaudir del plaer de tocar quatre notes que algú s’ha preocupat per unir-les bé, en lloc de convertir-lo en una entitat on la falta de comprensió i la ràbia estan per damunt de tot; així, almenys jo podré seguir pensant que la música és quelcom màgic.
Ara bé, la música i, en especial, les bandes, són molt més que contradiccions precioses. Són entitats on molts ens hem format, a més de com a músics, com a persones; són segones cases per a molts, aquells que des de ben petits han passat les hores lliures dedicant-se tossudament a cantar bé una lliçó; són locals on cada divendres hem compartit somriures, ens hem entés tots amb una sola mirada (o amb un únic so); són llocs on hem aprés a compartir, a viure en comunitat, a comunicar-nos a través del llenguatge de les notes i també les paraules. Aquest llenguatge l’hem utilitzat per a complir les millors de les possibilitats que una banda de música presenta; però d’aquest llenguatge, tant del musical com del verbal, també se’n pot fer un mal ús, ús que dubte que ningú desitge trobar a una entitat cultural on la finalitat de tots és gaudir de bons moments i avançar poc a poc. Els encarregats de fer complir aquesta tasca en són molts: en primer lloc, la junta directiva, a qui li toca gestionar i organitzar tot allò relacionat amb el funcionament de la banda; en segon lloc, el director i els mestres de l’escola de música, encarregats de transmetre tant el coneixement referent a la música com els valors que en una societat cal conéixer i aplicar; i, per últim, els musics, aquells que han de dur a terme la pràctica del que la resta teoritzen. Bé, l’ordre és alterable, tan important és el paper dels musics (aquests són imprescindibles), com el dels mestres, com el de la junta directiva. Allò realment important és que aquests tres grups formen una forta coalició comprensiva i cooperativa. Així és com a les bandes de música es pot aconseguir que el llenguatge de què estem dotats siga utilitzat de la millor de les maneres i les notes (com les paraules) puguen sonar tan bé que l’únic sentiment que transmeten, fins i tot en els passatges més tristos, siguen d’alegria i satisfacció pel que estem fent.
Al darrer assaig, les últimes notes (com les paraules) van sonar molt tristes, fins i tot en els moments de més èmfasi de la gran obra que és la comunicació. És trist que a un lloc on podríem fer coses molt boniques la falta de comprensió i d’educació ens porte a eixos límits. Reflexionem tots sobre les nostres paraules, pensem abans de parlar igual que pensem abans de tocar si haurem de tapar la clau del re o soltar el pistó del do, si haurem d’agafar la massa del bombo o les baquetes de la caixa, si necessitarem molt aire o poc, apretar molt el llavi o deixar-lo solt. Fem de la banda un lloc on gaudir del plaer de tocar quatre notes que algú s’ha preocupat per unir-les bé, en lloc de convertir-lo en una entitat on la falta de comprensió i la ràbia estan per damunt de tot; així, almenys jo podré seguir pensant que la música és quelcom màgic.
dimarts, 3 de novembre del 2009
L'olor del teu cotxe
L’olor d’aquest tren em recorda l’olor del teu cotxe. Fa eixa olor tan característica que mai sabria definir, eixa olor que odiava i que em feia rebufar cada vegada que m’asseia al seient dret del davant. Recorde perfectament amb quina mala cara dirigia els ulls cap a l’ambientador que t’havies posat a la guantera, aquell de plàstic i color verd del qual jo pensava que detestava l’olor, i com per a sorpresa meua sempre s’havia acabat; no feia olor a ambientador (olor que també odie), feia olor al teu cotxe; ja no sé si odiava l’olor, odiava el cotxe o t’odiava a tu, però la qüestió és que aquelles bafanades pudentes m’arribaven a l’ànima i em feien odiar els viatges a l’auto.
Subscriure's a:
Missatges (Atom)